Imagina lo siguiente: un empleado recibe un correo que aparentemente proviene de su superior – con un enlace que parece inofensivo. Un solo clic basta para allanar el camino hacia un incidente de seguridad grave. Lo que comienza como una comunicación cotidiana puede convertirse rápidamente en la puerta de entrada para ataques de phishing, malware o ingeniería social.
En un entorno laboral donde los modelos híbridos, el BYOD (Bring Your Own Device) y las soluciones en la nube forman parte del día a día, ya no son únicamente las vulnerabilidades técnicas las que abren paso a los ciberataques, sino sobre todo el comportamiento humano.
Mientras las empresas invierten grandes presupuestos en firewalls, sistemas de detección de intrusos y protección de endpoints, un factor de riesgo clave sigue siendo frecuentemente subestimado: las personas. No suele faltar la voluntad de cumplir con las políticas de seguridad – lo que escasea es el conocimiento práctico continuo y la comprensión de los escenarios de amenaza actuales. Por sofisticada que sea la infraestructura TI, si los empleados no saben qué señales deben tener en cuenta, seguirá siendo vulnerable.
Aquí es donde entra en juego la concienciación en seguridad moderna. No se trata de una formación puntual, sino de un pilar esencial dentro de una estrategia integral de ciberseguridad. Su objetivo: desarrollar una comprensión profunda de los riesgos TI – precisamente donde los ataques suelen comenzar: en el factor humano.
¿Riesgo humano: vulnerabilidad o activo en seguridad?
A pesar de tecnologías avanzadas como las soluciones SIEM (Security Information and Event Management), arquitecturas Zero Trust o la autenticación multifactor (MFA), los ataques siguen siendo efectivos – porque se aprovechan del comportamiento humano. Los ciberdelincuentes recurren a técnicas de manipulación psicológica como el fraude del CEO o el spear phishing. No necesitan exploits técnicos – atacan directamente las acciones del personal.
Según un estudio de Gartner, hasta el 82 % de las filtraciones de datos se deben a comportamientos inseguros o no intencionados por parte de los empleados. Aún más crítico: el 69 % admite haber infringido deliberadamente las políticas de seguridad – aunque el 63 % considera que su conducta representa un riesgo para la empresa.
Esto evidencia lo siguiente: para proteger de forma eficaz una organización, es imprescindible poner el foco en las personas. Y esto no significa únicamente “más formación”, sino cambiar el paradigma de la seguridad – pasar del control a la capacitación.
Formaciones en concienciación: más que cursos sobre TI
Un programa de concienciación eficaz va mucho más allá de enseñar normas. Genera una verdadera cultura de seguridad integrada en la rutina laboral – desde reconocer correos sospechosos hasta manejar correctamente dispositivos móviles o herramientas colaborativas como Microsoft Teams o Slack.
Los estudios demuestran que la formación en seguridad informática no solo reduce los riesgos de ataque, sino que también mejora la cultura organizativa. Según datos de Gartner, la necesidad de actuar es urgente:
• El 65 % de los empleados abre correos, enlaces o archivos adjuntos de remitentes desconocidos en su dispositivo de trabajo.
• El 63 % guarda sus contraseñas directamente en el navegador – a menudo sin aprobación de la empresa.
Un programa de concienciación bien diseñado puede marcar la diferencia, minimizando conductas de riesgo y promoviendo una cultura de seguridad compartida.
Lo que no funciona: enviar una vez al año un PDF con consejos de seguridad o impartir formaciones de forma ocasional. Estas medidas son ineficaces – sobre todo en entornos TI complejos con acceso remoto, servicios en la nube y equipos altamente descentralizados.
Lo que sí funciona: formatos modernos y comunicación personalizada
Para fomentar un comportamiento seguro de manera sostenible, las iniciativas de concienciación deben ser claras, relevantes y repetibles. Los factores clave del éxito son:
- Personalización en lugar de soluciones estándar: Cada rol y departamento requiere contenidos específicos. El equipo de TI debe centrarse en accesos a sistemas, mientras que la dirección debe estar preparada ante fraudes del CEO o riesgos de cumplimiento.
- Continuidad en lugar de acciones puntuales: Las ciberamenazas evolucionan constantemente. Las formaciones deben actualizarse regularmente y ofrecerse varias veces al año – idealmente mediante una plataforma de aprendizaje con sistema de feedback integrado.
- Formatos interactivos en lugar de contenidos estáticos: Simulaciones de phishing, módulos de microlearning, vídeos o gamificación aumentan la motivación y la retención. Un quiz interactivo tras un módulo tiene más impacto que una presentación de PowerPoint.
- Motivación en lugar de obligación: La concienciación en seguridad no se impone – se cultiva. Esto requiere una comunicación constructiva y la participación activa de los empleados como agentes de cambio en la cultura de seguridad.
- Evaluación de resultados en lugar de suposiciones: Solo quienes miden de forma continua la efectividad de las formaciones pueden optimizarlas de manera estratégica.
Cómo apoya CONVOTIS a las empresas
Con vídeos formativos, breves y prácticos, CONVOTIS ayuda a las empresas a fomentar la concienciación en seguridad de forma sostenible. Cada módulo tiene una duración máxima de doce minutos y puede integrarse fácilmente en la jornada laboral – ya sea en la oficina, de forma remota o desde el móvil.
El contenido se basa en escenarios de amenaza actuales que se actualizan regularmente – como compromisos de correo electrónico corporativo, ataques de ransomware o estafas mediante deepfakes.
El objetivo es capacitar a los empleados para que identifiquen riesgos a tiempo y reaccionen correctamente en momentos críticos – ya se trate de un archivo sospechoso en Microsoft SharePoint, un intento de inicio de sesión inusual o una dirección de remitente falsificada.
Gracias a su enfoque modular y a la repetición periódica, se garantiza una curva de aprendizaje continua – y la concienciación se convierte progresivamente en parte de la cultura de seguridad. Desde cada individuo hasta toda la organización, se genera una resiliencia digital duradera.
La seguridad comienza con la concienciación
Puedes tener el mejor firewall, aplicar un modelo Zero Trust y mantener todos los sistemas actualizados – pero al final, la seguridad depende de las personas. No por ignorancia, sino porque muchas decisiones de seguridad se toman bajo presión o sin el contexto adecuado.
Por eso la concienciación en seguridad es fundamental. Debe estar presente allí donde los ataques son más frecuentes: en reuniones, bandejas de entrada o llamadas telefónicas. Y debe extenderse a todos los niveles de la empresa – no solo al departamento de TI, sino también a finanzas, administración y dirección.
La concienciación en seguridad no termina con un clic en “Entendido”. Comienza cuando los empleados están dispuestos a asumir la responsabilidad – por ellos mismos, por sus compañeros y por la ciberseguridad de toda la organización.